¡Ésta sí es nuestra UDLP!

Así es como nos gustaría ver siempre a la Unión Deportiva Las Palmas, luchadora, atrevida, disputando todos los balones, en definitiva, intensa. Hace unos minutos, el equipo amarillo ha demostrado que puede conseguirse la permanencia sin apuros. Basta para ello ofrecer siempre, cada jornada, la actitud exhibida anoche. Hay un dato destacable: el Celta de Vigo fue sancionado con diecisiete faltas y la Unión Deportiva Las Palmas solo 14 faltas. Este dato tiene una lectura. Los vigueses interrumpían la salida de los amarillos desde muy arriba. Esa picardía nos falta a nosotros, que no sabemos abortar la salida del rival cometiendo lo que se conoce como «falta táctica».

El encuentro entre gallegos y canarios ha servido para demostrar la raza del equipo. En mi opinión, tres jugadores se erigieron como los líderes del encuentro: Raúl Lizoian portentoso,con intervenciones de mucho mérito, con el handicap que supone saltar al campo sin calentamiento previo y con la difícil tarea de, en frío, intentar detener o desviar un disparo desde el punto de penalty. En segundo lugar, David Simón. A estas alturas qué vamos a decir del lateral diestro. Hizo un gol, asistió otro gol y se sumó una y otra vez hasta la línea de fondo, en misiones más de auténtico extremo de banda que en sus funciones de lateral derecho que cumplió a la perfección, a pesar de tener que cuidar al veloz y habilidoso Nolito. El tercero, Sergio Araujo, autor de dos goles, siempre arriba de los defensas, incomodando todas las salidas de la defensa gallega, luchando casi hasta la extenuación. Estos tres jugadores brillaron de manera sobresaliente, eso sí, sin desmerecer la labor de los restantes jugadores. El más flojo fue el paraguayo Antolín Alcaraz, lento de acciones, porque enfrente tenía jugadores muy rápidos.

Este encuentro tiene, finalmente, una lectura que no quiero dejar de pasar por alto, aunque se que varios amigos no compartan esta opinión. Raúl Lizoaín demostró estar preparado para ser el portero titular esta temporada. No sé si será casualidad, pero Javi Varas cometió penalty en el partido de promoción de ascenso en el Estadio Gran Canaria, defendiendo las portería del Real Valladolid. Esta noche fue triste protagonista por la jugada que causó su expulsión y tener que disputar el equipo el encuentro en inferioridad numérica durante ochenta largos minutos. Por su parte, David Simón está creciendo de forma galopante. No le asusta la Primera División y se ha convertido más en jugador de ataque, definidor, que en propio defensa. Sus detractores tendrán que hacer reflexión, porque los hechos mandan, y los hechos están demostrando que tiene un techo largo a la vista, a pesar de la miopía de la dirección deportiva del club, que decidieron subirlo al primer equipo a una edad inusual para un canterano, casi veintiséis años. Aunque lo he repetido en varias ocasiones, la explosión de David Simón se ha producido por una carambola, porque la defensa que se concebía era Ángel López por la derecha y Dani Castellano por la izquierda. Ocurrió que Dani Castellano no se recuperó el año pasado de su grave lesión, que le mantuvo en el dique seco muchos meses. Además, Christian Fernández estaba en una baja forma asombrosa. No hubo más remedio que colocar a David Simón por la derecha y Ángel López por la izquierda.
¿Imaginan qué resultado podrían dar David Simón y Nili Perdomo, permutando puestos, cuando una subiera, defendiera el otro?. El guante está echado, solo falta la valentía de asumir riesgos.

 

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