La Unión Deportiva Las Palmas ofreció anoche una triste imagen ante el Rayo Vallecano.  Si ante el Celta de Vigo dijimos, «así, sí» o «ésta es la Unión Deportiva que nos gusta  ver», anoche fue la Unión Deportiva que no nos gusta, sin fútbol, sin conseguir tres pases seguidos, a merced de un rival que solo vino a Gran Canaria a hacer su partido. Aunque parezca un tópico,  es una gran verdad que todos nos creemos entrenadores; todos y cada uno de nosotros tenemos nuestra alineación, nuestro dispositivo táctico y qué jugadores deben ser sustituidos y sus sustitutos. El técnico amarillo llevó a cabo una pre-temporada con un sistema de juego que cambió a última hora, pues decidió situar a tres centrales y dos laterales con recorrido, cuando visitó el Manzanares, quizás temeroso de que los Griezmann, Torres, Jackson, nos endosaran una goleada, Todo esto, otra vez, quizás, para proteger la portería ocupada por Raúl Lizoain, con quien no se ha tenido nunca confianza plena. Resulta lamentable que ante un equipo probablemente de la zona baja, el Levante U. D. se mantuviera el mismo sistema de tres centrales y dos carrileros. En Vigo fue positiva esa disposición táctica porque el Celta de Vigo es un equipo que trata bien el balón, busca siempre puerta y eso deja unas espacios libres que supo aprovechar el equipo amarillo, a pesar de jugar ochenta minutos con un futbolista menos. Paco Jémez supo desconectar a  David Simón y Dani Castellano, porque situó a dos hombres por cada lateral para tratar de impedir la progresión de los laterales amarillos, especialmente al derecho, ya que Dani Castellano actuó durante la segunda parte más bien hacia el centro de la zaga, debido a que Paco Herrera adelantó a la medular a Aythami Artiles, que es muy lento, o, falto de cintura para ocupar esa demarcación. El Rayo Vallecano adelantaba las líneas hasta prácticamente el centro del campo y esto obligaba al equipo insular a utilizar envíos largos, muchas veces sin criterio, especialmente por parte de Antolin Alcaraz, lentísimo en la salida del balón pues era acosado con rapidez y no tenía otro recurso el paraguayo que despejar en largo, sin criterio alguno.

Mucho tiene que cambiar la Unión Deportiva Las Palmas, o, mucho tendrá que cambiar Paco Herrera para que el equipo se comporte como tal. Lo he repetido muchas veces y seguiré repitiéndolo hasta el aburrimiento de quienes asoman a este blog: hay que arriesgar con dos puntas, tejer una malla en el centro del campo y jugar con cuatro atrás. Ese tercer central resta un puesto para jugadores de medio campo y para los de arriba.

Las manifestaciones de Paco Herrera de que él rompió el equipo no son suficientes para que todo quede en un mea culpa. Hay dos entrenadores en el banquillo y es necesario hablar, comentar, antes de decidir. Un dato significativo. Desde que Aythami Artiles adelantó su posición, Paco Jémez decidió dar entrada a Manuchio.  Tengo un pálpito especial sobre la decisión que adoptará Paco Herrera en cuanto a la portería se refiere. El año pasado se decidió por Casto Espinosa en el enfrentamiento contra el Real Betis por las connotaciones de que había sido jugador bético. Es posible que con el mismo argumento de entrada a Javi Varas, con pasado sevillista y su deseo de reivindicarse. Sería un jarro de agua fría para Raúl Lizoain, en franca progresión y que nos ha hecho olvidar al arquero andaluz.

Para finalizar, el futuro inmediato es peliagudo. Dos puntos, cinco puntos que han volado del Estadio Gran Canaria y los dos partidos que están a la vista: Sevilla F.C.  este miércoles en Siete Palmas y el domingo frente al Barça en el Nou Camp. Uno quisiera ser optimista, pero…