El encuentro que disputarán esta noche la UDLP y la SD EIBAR es un partido trampa…si no ponemos los medios adecuados. El equipo armero es muy peligroso fuera de su feudo, no en vano ha cosechado lejos de Ipurua dos victorias y un empate. Teje una tela de araña en el medio campo y una poblada defensa, en busca de soluciones rápidas para un contra ataque muy efectivo. Enreda a los rivales en su madeja para robar y matar.

El sistema que ha adoptado Paco Herrera de tres centrales y dos laterales de rápido recorrido creo que no es el adecuado para este tipo de partidos de mucho contacto, mucha interrupción, poco juego, pocos espacios. Jugando a entrenadores, quizás el partido de esta noche requiere un 4-4-2, bien definido, con llegadas hasta la línea de fondo para que sus defensas tengan que defender de espaldas a su portería.

El sacrificio será muy grande porque la disputa, el cuerpo a cuerpo va a estar presente durante los noventa minutos. En este aspecto de partido de lucha, de contacto, preocupa cómo se desenvolverá Wakaso Mubarak. El jugador ghanés juega muy al límite, con el peligro de expulsión que conlleva, especialmente porque el árbitro es Mateu Laoz, dialogante, sí, pero disciplinario al mismo tiempo.

Otro aspecto que preocupa es que Sergio Araujo incurre reiteradamente en fuera de juegos absurdos. Digo absurdo porque después de una acción de ataque frustrada, regresa a su posición caminando. Debería preocupar al área técnica amarilla el hecho de que el argentino es el jugador que más se posiciona en situación anti-reglamentaria de fuera de juego, según los datos de la Liga. Es una situación a corregir.

Coincidiendo con la mayoría de los comunicadores, basta de sensaciones. Es el momento de las realidades y las realidades en fútbol son goles, pero, sobre todo, puntos, en plural.