Lo dijimos: partido trampa

Sin ser profesional del fútbol, es decir, todos, o casi todos sabíamos cómo se iba a desarrollar el partido de anoche ante la S.D. Eibar. El equipo armero, sin despeinarse, supo doblegar a una ineficaz Unión Deportiva Las Palmas con solo mantener un orden defensivo bien trabajado que destrozaba las escasas y poco afortunadas internadas amarillas, para montar unas contras veloces y prácticas.

El planteamiento del encuentro por parte del técnico amarillo fue un desastre toral, de principio a fin. Sigo sin  comprender ese afán de cerrar con tantos hombres atrás, cinco más el portero, restando solo cinco jugadores para la zona de fabricación y la zona de definición. Con todo el arsenal atrás, encajamos dos goles (que pudieron ser más) de manera infantil. El entrenador solo muestra ¿valentía? cuando todo está perdido. Parte de la prensa y comentaristas se lamentan de las ocasiones amarillas que no fueron materializadas. Pregunto, ¿cuántas intervenciones decisivas abortó el guardameta Riesgo? Creo que claras, claras, no hubo sino una. Frente a estos equipos que se arman muy bien en defensa, el portero y nuestros defensas no pueden jugar «al patadón» hacia arriba, a ver si alguien peina y se produce una segunda jugada. Ese sistema de juego ya es conocido por nuestros rivales. Ayer defendíamos, como hacemos siempre, con los once jugadores en nuestro propio campo, en zona defensiva una línea y en zona de nuestro propio medio campo otra línea. Sucedía que el Eibar situaba a sus dos centrales en la divisoria del campo y los despejes en largo de la defensa amarilla eran controlados por estos dos defensas sin oposición alguna. Esta concepción del juego debe desaparecer. En realidad, estamos viviendo del empate a tres en Vigo porque pareció una hazaña (que lo fue) igualar a tres con un jugador menos y un marcador en contra de tres a uno. Lo que de verdad ocurrió en Vigo, es que el Celta se relajó con la ventaja de dos goles. No parece posible que hechos como el mencionado se vuelvan a repetir a nuestro favor en la Liga. Al equipo le faltó raza desde el primer segundo del partido. No se puede iniciar un partido jugando a ver qué hace el contrario. La iniciativa debe ser amarilla, tenemos que enseñar las cartas desde el principio, sobre todo, ante un equipo que es rival directo. Ya llevamos desventaja con tres rivales directos: Levante, Rayo y Eibar. A ninguno de ellos hemos sido capaces de marcar un gol.

Se nos exige ser contemplativos en las críticas, esperar tiempos mejores, esperar a que los goles llegarán, esperar a ir adaptándonos a la Primera División. Si somos poco exigentes, pasarán las jornadas y cuando llegue una buena racha, cuando lleguen los goles, cuando nos hayamos adaptado a la Primera División, quizás entonces sea demasiado tarde. Hay que ser críticos con los fallos para tener tiempo para rectificar. No pretendo que «rueden» cabezas, sino arriesgar más para conseguir más. Plantear un sistema de juego de contención con población de hombres atrás no garantiza, siquiera, el empate a cero. Con cinco en defensa, más el portero, quedan cinco jugadores para ocupar el resto del campo. Mucho hay que trabajar para superar una primera línea rival de cuatro y otra más atrasada, con pocos efectivos que se van agotando durante el encuentro por bajar todos a defender y unos pocos para atacar. Este sistema servirá para plantar cara al Real Madrid,. Barça, Atlético de Madrid, Sevilla, Valencia, donde daremos buena imagen pero pocos puntos. Sabemos cuál es nuestra Liga. Entonces hemos de saber cómo ha de jugarse esa Liga particular

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