La desastrosa actuación de la Unión Deportiva Las Palmas en su enfrentamiento a la S.D. Eibar, el pasado sábado, debe abrir un debate interno. No estoy «dentro» del club. Por tanto, supongo, y posiblemente así suceda, que ayer domingo u hoy lunes los técnicos habrán examinado el vídeo del susodicho encuentro para resaltar lo que se hizo bien y analizar lo que se hizo bien, para corregir los errores. Esa visión del partido no debe reducirse a un cambio de opiniones entre primer y segundo entrenador. Para que la autocrítica sea fructífera, otros profesionales de dentro del club y alguno que en este momento estén fuera del mismo podrán dar un parecer de contraste, porque desde la discrepancia es de donde mejor se puede aprender. Es obvio que Paco Herrera ha adoptado un sistema táctico que para él es válido, pero anclado al subjetivismo. Es muy difícil que un entrenador cambie de sistema porque en su fuero interno está seguro que dará resultado. Sin embargo, otros profesionales podrán esgrimir argumentos diferentes. Quizás un concepto ecléctico podría ser la solución, es decir, tomar unas ideas de uno, otras de otro, otras de otro, etc. etc.

En estos momentos, de impasse de la Liga, hay que pensar más que nunca cuál debe ser el camino a seguir. Hay tres encuentros que serán capitales para el devenir de la Unión Deportiva Las Palmas en la máxima categoría del fútbol español: salida a Getafe, Villarreal en casa y Real Madrid en la capital del Reino. Casi se puede decir que hay tres finales a la vista.

Se puede apreciar este año que el campeonato va a estar más igualado que nunca. El Barça está titubeante, el Real Madrid no despega, el Atlético de Madrid tampoco, el Sevilla está muy abajo en la tabla (aunque seguro subirá peldaños), el Valencia no tiene la fortaleza de la pasada campaña. Esto hace posible que los equipos grandes dejen escapar puntos en sus feudos o fuera de ellos. Si así sigue desarrollándose la Liga, creo que sería muy perjudicial para nosotros.

Hay muchas circunstancias que van a influir o podrán influir en contra. La primera, el inadmisible estado del césped, intolerable para un equipo que milita en Primera División. Segundo, parece necesario y obligatorio concentrar a los jugadores antes de cada compromiso liguero para controlar todo: régimen de comidas, horarios adecuados de las mismas, reposo, etc. etc. Hay muchos comentarios sobre determinados jugadores. Siempre desde la presunción de inocencia, tolerancia cero. Los jugadores son profesionales y deben responder con profesionalidad, por ellos mismos, que tienen una edad activa muy corta en relación con la vida laboral de otra persona cualquiera, por la afición, que se merece el máximo respeto y hacía un club que paga religiosamente. Manos a la obra, pues.