Hoy el horno no está para bollos. La sangre está caliente y la mente en ebullición, así que será mejor será ser breve. La Unión Deportiva Las Palmas es bipolar, porque unas veces brilla y otras veces se ensombrece. Hemos visto una Unión Deportiva que ilusiona ante el Atlético de Madrid, Celta de Vigo, Sevilla y Barça. Estos encuentros fueron partidos de sensaciones, con un nivel alto ante el Celta y el Sevilla. Luego, por desgracia, hemos visto la Unión Deportiva de las decepciones: Eibar, y anoche, el Getafe. En el fútbol se puede ganar, empatar o perder. Se puede perder con dignidad, pero jamás, jamás, con la cabeza gacha, los brazos caídos, la toalla al suelo.
Villarreal en casa y Real Madrid a domicilio serán las citas inmediatas. No sabemos qué Unión Deportiva veremos porque esa Unión Deportiva bipolar aflora cuando menos se espera, esa Unión Deportiva de decepciones, que no lucha, o la otra Unión Deportiva, la brillante, la guerrera. No se si alguien habrá percibido lo que yo he sentido. La Unión Deportiva Las Palmas de las decepciones se nota desde el momento mismo del inicio de un partido, cuando el equipo espera cómo se va a comportar el rival. Es un síntoma de debilidad, de no haber ensayado el partido, de, en cierto modo, cobardía desde el banquillo. En cambio, cuando el equipo inicia el encuentro con descaro, entonces es cuando se ve a una Unión Deportiva con brillo, con espíritu, con ganas, con intensidad. La Primera División está muy igualada y deberíamos sacar partido de ello. Casi ganamos al Atlético de Madrid y al Barça lo pusimos ante las cuerdas. Derrotamos al Sevilla. ¿Por qué? ^Pues porque el equipo puso intensidad en esos partidos, disputó todos los balones. En cambio, nos visita el Eibar, el Rayo Vallecano, o anoche el Getafe, y salimos caminando. ¿Qué se esconde ante este comportamiento? Desde la cúpula del club se deben buscar soluciones urgentes, desde este mismo instante. Seguro que será tarde si esperamos a que transcurran tres o cuatro partidos, a ver si esto cambia por arte de magia.