Sergio Araujo irrumpió el año pasado como gran goleador de la Unión Deportiva Las Palmas. Hace unos días, ha manifestado que él no se siente un goleador, que con mucha suerte, quizás alcance este año cinco goles. Expuestas así las cosas, parece incomprensible que un jugador que juega arriba, en primera fila de ataque, no tenga ambición de goleador, porque hay jugadores en la retaguardia, como Aytthami Artiles, que pueden conseguir esa cifra anotadora, subiendo solo puntualmente en las jugadas a balón parado. Desde fuera, parece más bien un estado anímico que influye tanto en el futbolista, que le induce a pensar que los goles no llegarán. Es muy negativo para el propio futbolista y para el club, que se de esta circunstancia cuando el equipo necesita más que nunca un goleador con instinto. El futbolista, quizás sin pensarlo, se está excluyendo así mismo del equipo. Las consecuencias de esta negatividad es un perjuicio a todos los niveles. El club se alarma porque la cotización del futbolista va a la baja, en el caso de un hipotético traspaso, la estima del jugador falla notablemente y el resto del equipo ve como el fruto del trabajo colectivo se diluye porque el artillero carece de pólvora. Ante la coyuntura actual de la Unión Deportiva Las Palmas, en zona de descenso, es necesario recuperar al Sergio Araujo del año pasado. Esta noche puede ser decisiva en el arranque goleador del futbolista argentino.