El Presidente de la Unión Deportiva Las Palmas ha manifestado recientemente que en el mercado invernal habrá nuevas incorporaciones a la vez que unas cuantas bajas, reduciendo la plantilla en aras de una mejor convivencia porque veinticinco jugadores obliga a que el técnico tenga que prescindir cada semana de siete jugadores. Esta idea la he defendido en varias ocasiones a través del programa deportivo de Radio Las Palmas, e, incluso, en este mismo blog. Una plantilla de dieciocho o diecinueve jugadores sería bueno para el grupo, ya que, en circunstancias extremas, por lesiones o sanciones, el equipo filial podría aportar uno o dos futbolistas. En este sentido creo que ha habido un error de cálculo, cuando la dirección deportiva decidió no rescatar una plaza en Segunda B para el equipo despensa, vía adquisición de derechos federativos, de aquellos equipos que habían renunciado a ello por diversas circunstancias. A pesar de que muchos de los integrantes de la plantilla del equipo filial jugaron el año pasado en 2ª B, el hecho de militar esta temporada en la 3ª División, el salto sí que es ahora muy alto, porque la Primera División es muy exigente. El filial no anda muy fino este año, pese a estar situado en la parte alta de la tabla, si bien hay que resaltar que ha sufrido una gran transformación, tras la marcha de futbolistas importantes en su sistema: Néstor Gordillo, José Artiles, Álex Pipo, Leo Ramírez, Adrián Hernández,… Hay que redoblar esfuerzos para que el filial alcance al finalizar esta temporada un lugar en la 2ª B, para de verdad ser el nodriza del primer equipo. Un apunte final. ¿Qué ha sido del equipo Esperanza?