En verdad, caer como lo hizo la Unión Deportiva Las Palmas en el estadio de Nervión, otorga una sensación de haber caído con honor, porque el equipo siempre dió la cara y fue superior en muchas fases del partido, en las que el equipo andaluz se notaba desorientado. Hubo varios matices, sin embargo, que dejan un mal sabor de boca porque el resultado fue injusto. El disparo de Jonathan Viera a la cruceta fue una circunstancia del juego pues de la misma manera que impactó en la madera, igualmente podría haber sido gol. Seguimos pasando los minutos, entra Vitolo y se transforma el Sevilla, llegando el primer gol. El escándalo sucede pocos minutos después, cuando el árbitro escamotea un clamoroso penalty, estando el colegiado a unos escasos cinco o seis metros de la jugada. Hay jugadas en las que se puede aceptar lo que se viene en llamar «apreciación» pero en ésta, en concreto, no hay apreciación: es PENALTY. Con el Reglamento en la mano, ese penalty suponía, además, expulsión del defensor.El signo del partido estuvo en esa jugada y en otras dos que los medios han ignorado. Con anterioridad a esta jugada, Kolodziejczak propinó un golpe en la cara a Wakaso, a mi juicio, de manera intencionada. Cuanto menos, era tarjeta más rosada que amarilla. El mismo jugador traba a Tana en el borde del área minutos después, siendo amonestado con amarilla. En consecuencia, sin ser marcado con la etiqueta de forofo, el equipo andaluz tendría que haberse quedado con nueve jugadores en el terreno de juego.
Otras consideraciones van hacia el entrenador, Quique Setién, porque creo que está siendo reo de sus propias palabras. Proclamó como irrenunciable su estilo de juego. ¿Por qué, entonces, Javi Varas despejaba siempre en largo? Este estilo de juego, de balones en largo, contradice el argumento del técnico amarillo porque todos los balones enviados arria hacia un solitario Willian José, luchando ante dos colosos como Kolodziejczak y Ramis, nada podía hacer. Esos balones enviados sin control eran un regalo, un goloso pastel para los defensores andaluces. El asombro se produce cuando, perdiendo ya por dos a cero, Javi Varas optó por jugar en corto. Cuando se juega en corto, en área propia o inmediaciones de la misma, hay que hacerlo en situación de ventaja para su compañero. Eso hay que corregirlo, de manera inmediata.
El caso Hernán Santana es el más lastimoso porque, visto lo que vimos, el jugador podría tener el alta médica, pero no estaba al cien por cien para competir. Además, entró al campo en sustitución del lesionado Roque Mesa prácticamente sin haber hecho calentamiento. Lamentable decisión. Por último, Nabil El Zhar estaba sin fuelle. En la segunda parte no entró en juego. Si a Sevilla se dijo que iríamos con un par de bemoles, la entrada de Sergio Araújo tendría que haberse producido antes. ¿Tuvo que ver esta desición con el supuesto chantaje?
Señores, que viene el Barça en su mejor momento de juego. Nos podría beneficiar el hecho de que no se desplace a Gran Canaria el grueso del equipo, confiados en que el partido lo ganarán fácilmente. Esta es la baza para domar a un equipo que ha perdido ¡¡¡19!!! partidos…en el Estadio Insular. No perdamos, pues, la esperanza.