Hace varios días, comentaba que Las Palmas Atlético podría acceder a Segunda «B» por la vía administrativa, como en su momento lo hizo el Getafe a la Primera División. Ha salido hoy a la luz una información que anuncia que el Recreativo de Huelva ha salvado su presencia en la División de Bronce, en el último segundo, si bien los avales que ha presentado tienen que ser evaluados. Pero hay otros dos equipos que han sido descendidos de la Segunda B: el Huracán Valencia y el Lucena. Este último ha perdido la categoría por vía deportiva y por vía administrativa, así que pierde dos eslabones: la Segunda «B» y la Tercera División.
La ocasión para adquirir la plaza que ha dejado vacante el Huracán de Valencia está ahí, para quien la quiera comprar. La Unión Deportiva Las Palmas haría muy bien en aprovechar esta coyuntura porque redundaría en un mejor aprovechamiento de la cantera. Tener al filial en Segunda B significaría un salto de calidad para la vela chica, porque la competitividad es más alta en esta categoría que en la Tercera División, grupo canario.
Varias razones justificarían adoptar esta decisión. La más importante, sin duda, sería la formativa y asegurar un eslabón importante entre la Primera División y la Segunda B. El segundo aspecto, proporcionaría mayor patrimonio a la Entidad, y enarbolar la bandera amarilla prácticamente por todo el territorio peninsular. Hemos de quedarnos, sin embargo, con el objetivo primario del filial: proporcionar jóvenes al primer equipo, siendo el más importante que los jugadores del filial puedan acceder al primer equipo con dieciocho o veinte años, al contrario de lo que ha ocurrido hasta la fecha, que los que llegan al primer equipo han cumplido veinticuatro o veinticinco años. Cualquier futbolista que llegue de abajo, de la base, no debería sobrepasar la veintena, para asegurar un futuro de diez o doce años,o, incluso, convertirse la Unión Deportiva Las Palmas en club vendedor.
La idea está lanzada. Falta materializar la misma..