La Unión Deportiva Las Palmas ha realizado hasta la fecha cuatro incorporaciones aparentemente de alto nivel: Hélder Lopes, Marko Livaja, Michel Macedo y Prince Boateng y está pendiente una quinta contratación, que podría ser Mateo García. A este elenco de jugadores se suman otros futbolistas de postín, como Javi Varas, Mauricio Lemos, Pedro Bigas, Roque Mesa, Vicente Gómez, Tana Domínguez, Momo Figueroa, Jonathan Viera, Sergio Araujo, sin olvidar a otros como Aythami Artiles, Dani y Javi Castellano, Hernán Santana, David Simón, etc. etc. Sin duda una plantilla reforzada para intentar superar los registros del año pasado: décimo primer clasificado. En realidad, el equipo descendió a ese lugar en la tabla porque bajó el pistón en las últimas cuatro jornadas. Esta plantilla está dirigida por un técnico, Quique Setién que procedía del Club Deportivo Lugo, club que entrenó durante seis temporadas consecutivas. Es decir, el actual entrenador amarillo no tenía otras aspiraciones en tierras lucenses más que navegar en tierra de nadie en la División de Plata. El escenario actual es radicalmente opuesto. Con el conocimiento de técnico y jugadores de cómo ha de jugarse en la máxima categoría, es obligatorio cambiar la idea, cambiar el chip, cambiar la mentalidad. Desde el primer encuentro ante el Valencia C.F. el día 22 en Mestalla (diecisiete días) el equipo amarillo debe pensar en superar el nivel del año pasado. Debe aspirar desde el principio a optar por el sexto puesto de la tabla. No es una jactancia proclamar este desafío, que lo avala la trayectoria de la pasada campaña, la experiencia adquirida y el mayor potencial, a priori, de la actual plantilla, comparada con la del año pasado. Luego la Diosa Fortuna, los árbitros y nuestros méritos o deméritos nos colocarán en el sitio adecuado. Pero hay que acuñar en mayúsculas en la mente de cada jugador y en la de los integrantes del cuadro técnico, que la idea es llegar a lo más alto posible, no vaya a pasar como la temporada pasada, cuando una vez confirmada la permanencia, el equipo aflojó de manera ostensible su rendimiento. Mimbres hay para conquistar nuestro Everest.