Pululando en Anoeta

¿Qué pasó en el vestuario amarillo de Anoeta, antes de comenzar el encuentro ante la Real Sociedad? Formulo esta pregunta sin maldad de ninguna clase, pero intuyo que algo tuvo que ocurrir para que los jugadores entraran tan relajados en el partido, desde el primer segundo, máxime aún, cuando fue el equipo amarillo quien pusiera el balón en juego. En cincuenta segundos llegó el primer gol, anotado por Willian José, que parece que tenía algún tipo de revancha frente hasta hace unos meses eran sus compañeros de equipo. Nunca hemos visto a la Unión Deportiva Las Palmas tan entregada, tan sometida, sin carácter, nula en ideas. Con estas premisas, llama poderosamente la atención como los medios se han cebado con David Simón, como si el lateral diestro fuese la excepción de la calamitosa actuación del cuadro amarillo. Fallaron todos. Jai Varas, Mauricio Lemos, Pedro Bigas, Ángel Montoro, Nabil El Zhar, Prince Boateng. En menor medida, dentro del descalabro, Roque Mesa, Dani Castellano, Tanausú Domínguez y Sergio Araujo porque en solitario poco podía hacer, cuando los centrales rivales estaban metidos en campo canario. Falló Quique Setién por realizar muchos cambios en el once inicial. La idea de rotar puede carecer de fundamento cuando solo se han disputado cuatro jornadas, con un paréntesis de trece días (del 29 de Agosto al 11 de Septiembre) por los compromisos de la selección española. Se está produciendo una tendencia en el juego amarillo que es obligado señalar. En la primera jornada en Valencia toda la segunda parte fue un acoso incesante del equipo ché, que se salvó gracias a la eficacia en ataque. En la tercera jornada en Sevilla, toda la segunda se jugó en campo canario, todos atrás defendiendo. Aparte del robo, nos olvidamos del refrán castellano: «tanto va el cántaro a la fuente, que termina rompiéndose». En Anoeta el equipo amarillo apenas salió de su propio medio campo durante los noventa minutos de juego. Ya tenemos que saber que todos los equipos incomodarán la salida de Roque Mesa, derribarán una y otra vez a Vicente Gómez en zona donde raramente habrá amonestaciones, presionarán arriba para impedir que el equipo empiece el juego desde atrás para abrir espacios. Todo esto no hay que descubrirlo. Todos los rivales lo harán. Entonces se hace necesario recurrir al manido plan B. Tiene que haber una alternativa al juego de toque, al menos en esas situaciones comprometidas. En este sentido, el entrenador, tan entusiasta del ajedrez, (dicho sin ánimo peyorativo) tendrá que pensar en otras soluciones. El estilo de juego no es negociable para Quique Setién. Muy bien como máxima. Pero hay situaciones y situaciones y habrá que adaptarse a ellas. Juego de toque cuando haya espacios y juego en largo cuando haya presión. Jugar en corto desde el área propia cuando el rival adelante mucho las líneas es un suicidio, porque en esa zona, los errores se suelen pagar muy caro. A mi juicio, lo que no es negociable es la actitud y la intensidad. Para este sábado, iluminación para el cuerpo técnico y mucha intensidad de los once elegidos desde el primer segundo hasta el pitido final.

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