Caligrafía e incomodidades

Aquellos que nacieron de 1970 para atrás, recordarán las clases de caligrafía. Había que rellenar hojas de cuaderno de dos líneas (paralelas)  empezando por las vocales. Muchas páginas de la letra a, luego la e, i, o y u, hasta que lo escrito no se saliera de las dos líneas. Luego se pasaba a escribir todas las vocales juntas, para aprender a enlazar las letras. Superado este primer período se pasaba a escribir nuevas páginas  con frases que todos tenemos en el recuerdo: «mi mamá me ala, amo a mi mamá». Para escribir se utilizada un plumín que se mojaba en tinta. Había que concentrarse, tener mucho cuidado porque un borrón echaba a perder lo escrito y te quedabas sin recreo. Igual ocurría cuando se escribía con lápiz y los errores se intentaban subsanar con goma de borrar marca «Milán». El resultado era el mismo. Te privaban de disfrutar la media hora de recreo. Sirve revivir este recuerdo para compararlo con la Unión Deportiva Las Palmas. El juego del equipo amarillo ha sido de caligrafía bien ejecuta. Ha habido dos borrones por falta de concentración en los tres últimos minutos frente al Sevilla C.F. y un borrón inmenso en Anoeta ante la Real Sociedad. Pese a ello, el equipo está haciendo bien los deberes. Escribe muy bien, en un cuaderno pulcro. Por eso sorprende muchísimo la actitud de los árbitros que castigan injustamente al equipo que menos faltas comete, al equipo que sale a jugar y a no dar patadas. En anteriores comentarios hacía referencia a que, cuando recuperamos y salimos al ataque, siempre hay un derribo. En ocasiones no se ha señalado ni falta. Echando mano de la ironía cabe preguntarse: ¿se habrá suprimido penalizar por reiteración de faltas? Porque en las siete jornadas de LaLiga, los árbitros han mostrado tarjeta amarilla por reincidencia. Los representantes del club podrían elevar una queja formal con documentación porque los vídeos de los partidos son fuente de argumentación para neutralizar este tipo de conducta. No pedimos trato de favor. Pedimos que el criterio sea más ecuánime.

Aludía en el titular a «incomodidades». Ocurre que un jugador del Real Club Deportivo Español de Barcelona ha manifestado que les espera un viaje de tres horas muy incómodo. Hay mucho tonto suelto. Este singular señor teme que sus reales deportivas posaderas se van a deteriorar por viajar a Gran Canaria. En las etapas en las que la Unión Deportiva viajaba a la Península, especialmente en los años 50, para viajar a Madrid, había que hacer escala en Casablanca y luego en Sevilla para repostar. Como las comunicaciones no eran como ahora, los amarillos viajaban jugando dos partidos seguidos fuera. Los desplazamientos por carretera de aquellos años se efectuaban en autobuses (no digo guaguas porque ese señor quizás no conoce nuestro lexico), esos autobuses tenían los asientos de madera. Si hacía frío, se levantaba la ventanilla y si hacía calor se bajaban porque el transporte no estaba climatizado. Diecinueve equipos de Primera División solo viajan una vez por temporada a Gran Canaria, salvo que haya enfrentamiento copero. En cambio, el Español de Barcelona tiene desplazamientos muy cortos. Cuando juega contra eñ Barça, no tiene que moverse de su casa. No seremos ingenuos, tal vez sí, esto puede formar parte de una campaña porque si sumamos este tipo de declaraciones con los arbitrajes que estamos padeciendo……. A veces hay que pensar mal, pues lo dice un refrán castellano, «piensa mal y acertarás».

Deja un comentario