Posesión, sí. ¿Verticalidad?

La cita de mañana viernes en el Benito Villamarín tiene más importancia de la que aparentemente ofrece el choque. Tres puntos en juego, como cada fin de semana, pero estos tres puntos son los inmediatos, de ahí su importancia. Se presenta la Unión Deportiva Las Palmas en Sevilla como noveno en la tabla con dieciséis puntos. Los béticos están en el décimo cuarto lugar con once puntos. Como local, el equipo verdiblanco solo ha ganado un encuentro, dos empatados y dos perdidos. En cuanto a goles en su feudo, cuatro goles a favor y nueve en contra. Hay un factor importante que juega a favor del equipo amarillo: siempre ha marcado como visitante. Luego existen otros datos, como que hace cuarenta años que la Unión Deportiva Las Palmas no vence en el Benito Villamarín y que Rubén Castro ha sido muchas veces nuestro verdugo. Todo esto se mete en una cocktelera ¿y qué puede salir? Nada que sea concluyente.                                                                                          La propuesta de Quique Setién no va a variar. Impondrá su filosofía de posesión con el argumento de que poseyendo el balón, el rival no podrá hacer daño. Pero ocurre que la posesión no significa que se vaya a hacer daño a nuestro rival. Tiene que haber posesión y verticalidad. El minutaje que se hace de la posesión, la que ofrece la Televisión viene a ser como el canto de la sirena, que encauta, que embriaga. Ese hábito de pasar el balón en horizontal, retrasar al portero, subir palmo a palmo hasta situarse en la medular contraria con pases y más pases es, en realidad, un dominio ficticio, con el riesgo de que un robo del rival en esa zona puede ser mortal porque hay muchos espacios y atrás no hay hombres muy rápidos. Se pudo ver ante el Celta de Vigo: tres robos y tres goles en los primeros veinte minutos de juego. Alternativas hay y el cuerpo técnico lo sabe. Entradas por banda, encarando y tratando de llegar a la línea de fondo, a la par que el que hace de nueve arrastre a una banda a los centrales, con la entrada de un ficticio delantero, como es habitual con Vicente Gómez. Todo lo que sea intentar resolver por el centro es ineficaz. Decía la semana pasada el míster amarillo que tiene como norma que el cuerpo técnico visione los encuentros para corregir defectos. Podemos añadir un matiz. Esa visión debe hacerla el cuerpo técnico con toda la plantilla, deteniendo la reproducción para enfatizar sobre jugadas concretas., para ver bien los errores y subsanarlos.                                                   Entramos en la jornada décimo segunda. Entre esta jornada y la siguiente se completa un tercio de la competición. Desde el punto de la estadística, manteniendo los números actuales, el equipo amarillo cerraría el campeonato en torno a los cuarenta y ocho o cincuenta puntos. Quedan ocho partidos, cuatro dentro: Athletic Club de Bilbao, Leganés, Spórting de Gijón y Deportivo de La Coruña, y cuatro visitas: el Real Betis este viernes, C.D. Alavés, Atlético de Madrid y F.C. Barcelona. Entra dentro de lo probable que la Primera Vuelta se cierre con treinta y dos puntos, si seguimos invictos en casa, más lo que se pueda arañar fuera.Si así fuera, habría que ir cambiando el chip para pensar en algo más sonado. Pero ya sabemos qué le ocurre a la lechera. Mejor olvidar el futuro y centrarnos en el presente. Concluiría con un AMEN.

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