El Presidente de la Unión Deportiva Las Palmas ha empleado esta frase casi que en mayúsculas, sin el interrogante,  para arrogarse que bajo su mandato se ha construido el equipo más potente de la historia de este club. Sin embargo, esta categórica afirmación jamás debe pronunciarla un Presidente. Es la afición y los medios de comunicación quienes han de ratificar esta condición por el quehacer del equipo durante los treinta y ocho partidos de la competición. Personalmente creo que ha habido una mala planificación de la plantilla. Y no lo digo por la rabieta del encuentro de ayer, sino porque se ha fichado dinamita arriba, sin reforzar una defensa que fue casi la más goleada en la pasada temporada.

El de ayer fue un partido entre un equipo que lleva en Primera División más de mil  cien encuentros disputados, que ocupa el lugar número 20 de la tabla de la historia de la Liga, frente a un modesto Leganés, en el puesto número 55 (el último es el número 59) 44 partidos y 44 puntos. Estos números son  mera estadística. Son como una linterna, que alumbra hacia adelante para ver por donde se camina, pero no alumbra para atrás, porque el pasado, pasado es.

El encuentro de ayer se va a repetir muchas veces durante esta temporada en el Estadio Gran Canaria. Equipos como el Deportivo Alavés, Deportivo de La Coruña, S.D Éibar, Getafe y unos pocos más, vendrán a atrincherarse atrás, robar balones y montar unas contras velocísimas, que les proporcionen un par de ocasiones de gol.  Ayer tarde, los extremos siempre progresaban hacia el centro de la zaga rival,, donde había muchos rivales, experimentados, que cerraban cualquier camino o posibilidad de rematar a puerta. No hubo desborde por las alas, ni se intentó llegar a la línea de fondo. Siempre hacia el centro. Hay un dato que revela el espíritu del equipo amarillo. Con el gol en contra a los dos minutos de la segunda parte, los amarillos pusieron cerco al rival, pero a base de pases horizontales, sin peligro. El dato revelador es que los últimos seis minutos, el balón estuvo en  campo amarillo, dominado por el Leganés. El porvenir inmediato es desolador a no ser que haya una reacción que nos lleve a ganar dos partidos consecutivos.