Desencuentros

Desde 2005 para acá, la Dirección Deportiva de la Unión Deportiva Las Palmas ha sido lugar de desencuentros. Todos los preparadores que han pertenecido al equipo amarillo en este ciclo han salido por la puerta de atrás. Es curioso que todos han arribado con grandes expectativas y presentados como entrenadores del perfil que necesitaba la entidad. Por unas u otras razones, ese idilio inicial condujo siempre al divorcio. Ocurrió con don Juan Manuel Rodríguez, que se hizo cargo del equipo en la zona roja de la tabla, por obra y gracia de Juanito, y la condujo hasta la octava plaza, con un final de temporada espectacular. Llegó Sergio Lobera, con la etiqueta de enamorado del fútbol del F.C. Barcelona. En su segunda campaña, a cuatro partidos del fin de temporada, y bien situado para ocupar plaza de play-off, fue cesado por sorpresa. Luego entra en escena Paco Herrera, consigue ascender al equipo a la División de Honor. Tras varias jornada es sustituido por Quique Setién quien a mitad de la última temporada hizo oficial que no seguiría ocupando el banquillo del Estadio Gran Canaria. El último entrenador es llamado de urgencia a punto de iniciarse esta campaña, con el resultado que ya todo el mundo sabe. Hay una pregunta en el aire: si los entrenadores son cesados o no quieren seguir, ¿quién o quienes son culpables? Este banquillo quema a todos. Alguien prende la mecha.

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