La entrada de Erik Expósito parecía un gesto de romanticismo de Paco Jémez, pero pronto comenzó demostrar el futbolista del filial, que tiene hueco en el equipo. Me atrevería a decir que una dupla Jonathan Calleri – Erik Expósito podría ser muy interesante.
Se perdió el encuentro por fallos inconcebibles de los dos laterales. Matias Aguirregaray por tomar decisiones erróneas. Michel Macedo por su lentitud. Su carril era una autopista sin peaje para el cuadro celeste. El segundo gol vino por no saber defender el remate del Tuco Hernández, donde también fue culpable Alen Halilovic, que se quedó expectante, en vez de haber contribuido más en defensa. Mal partido del croata, que se pierde en regates hacia el interior. La entrada de Nacho Gil presagiaba lo que iba rendir, a tenor de sus últimas comparecencias. Sinceramente, sin que sea un reproche para el míster, quizás Benito Ramírez hubiese puesto intensidad para ganarse el puesto.
Una oportunidad de oro que se ha perdido. No hay más remedio que pensar en el Villarreal. No caben más fallos.