Buscamos fuera lo que tenemos dentro

Es un deleite ver jugar al filial amarillo en esta etapa de éxitos, de la mano de Juan Manuel Rodríguez. Un arquero sobrio, seguro, como Josep Martínez. Un Álvaro Arencibia poderoso. Un estilete por la banda, con sus precisos centros, como Benito Ramírez. Un centro campista que cubre una gran parcela de terreno y que mueve el balón a derecha e izquierda con mucho criterio, como Pablo Santana, junto a su acompañante, Fabio González. Un goleador nato, auténtico 9, como Eduardo Espiau. Sin desdeñar a otros valores como Diego Parras con sus incursiones por la banda derecha y Jeremy Valerón por la banda opuesta. Este filial enamora y está a un solo paso de eludir la promoción con tan solo ganar uno de los dos partidos que quedan. Hay que ser humildes y precavidos y no cantar victoria antes de tiempo, pero el juego que despliega el final invita al optimismo. Una gran  parte de jugadores de este filial debe formar parte del proyecto de la próxima temporada. Añadimos a Erik Expósito, más algunos futbolistas del primer equipo que puedan quedarse, más algunos de los cedidos, y unos pocos refuerzos no coste cero, y, sinceramente, podemos conformar una plantilla en crecimiento, de futuro. Eso sí. La designación del entrenador es un factor decisivo. En este sentido, Juan Manuel Rodríguez ha hecho méritos más que suficientes como para ser el director de orquesta de otra proeza. Hay un obstáculo muy grande: el Director Deportivo tiene otra idea. Su gestión ha sido negativa del todo, un suspenso en mayúsculas. Pese a ello, ha sido ratificado en su cargo. Eusebio Sacristán y Loren, entrenador y director deportivo de la Real Sociedad, han dejado sus puestos por no alcanzar los objetivos previstos. Nosotros perdemos la categoría y el Director Deportivo sigue en su puesto per seculam seculore. El Presidente puede elegir continuismo o cambio de verdad.

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