Erre que erre que erre.

Erre que erre que erre. Así ha sido la política de fichajes de la Unión Deportiva Las Palmas, año tras año, desde  2005-2006, en 2ª División B hasta la fecha. Nadie puede negar la relevancia del equipo amarillo en las diversas categorías del fútbol español. Navegó 6 procelosos negras temporadas en 2ª División B,  28 campañas en la División de Plata y 33 temporadas en Primera División, donde consiguió proclamarse sub-campeón de Liga y finalista en la Copa del Rey. Vamos a remontarnos a la temporada 2006-2007, cuando el equipo abandonó la Categoría de Bronce, con el Sr. Ramírez de Presidente. Hay varios puntos que , a mi juicio, merecen ser tratados.

En primer lugar he de hablar sobre el Presidente de la Unión Deportiva Las Palmas en su faceta de representante legal de la Entidad, obviando, como no podía ser de otra manera, su lado personal. Muchos proyectos han sido iniciados y pocos realizados. Cuando el equipo abandonó la División de Bronce, anunció un proyecto de cuatro años para subir a Primera División. Fueron nueve los años que transcurrieron para que se produjera el tan ansiado ascenso, con un equipo sin identidad, perdido en la zona media-baja de la tabla. Dejando varios episodios por el medio, llega el inicio de la temporada pasada, cuando pronuncia una frase que seguro llevará consigo toda la vida. «tenemos el mejor equipo de la historia». No hay capacidad de auto-crítica, siempre se tropieza en la misma piedra porque este año «tenemos el mejor equipo de 2ª División». Creo que en el entorno del Presidente hay algunas personas que le dicen lo que él quiere oír. Silencian aquellos que podrían decirle la realidad y no se atreven a ello. Posiblemente. Supuestamente.

En segundo lugar, la política de fichajes «low cost», que llamaría también «time lost», tiempo perdido, y quizás también «money lost», dinero perdido. Ha ocurrido que año tras año, desde aquel 2006 al 2007 hasta el día de hoy, doce temporadas, las altas en la primera ventana de fichajes han sido de ocho a diez futbolistas contratados, añadiendo unos cuantos más en el mercado invernal. Coste cero para comprar, pero mucho dinero en salarios, olvidando a los valores de la cantera.

En la temporada hace poco concluida, se ficharon 9 futbolistas en agosto y 8 en la ventana de invierno, 17 en total. Esto no quiere decir que la política de fichar a «coste cero» sea mala. Lo malo es esperar veinte minutos del  cierre el mercado para contratar a un futbolista que, en teoría, viene a reforzar el equipo y resulta que llega con sobrepeso, sin entrenar y con una rodilla hecha añicos. Y además, es un despropósito fichar a futbolistas que son, en la mayoría de los casos el tercer o cuarto suplente.

En varias ocasiones he acudido a un pensamiento del Premio Nobel de Física Einstein: «si quieres resultados diferentes, debes hacer cosas  diferentes».

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