Efectivamente, falta cordura, porque no se puede comprender que en Junio de 2017 se produjeran 9 incorporaciones (Chichizola, Ximo, Aquilani, Tannane, Rèmy, Calleri, Toledo, Samper y Vitolo), 8 en la ventana de invierno (Gálvez, Aguirregaray, Etebo, Ezekiel, Nacho Gil, Jairo, Peñalba y Emenike) y ahora, en el pasado mes de Julio se hayan producido 13 altas (Benito, Cala, Mantovani, Rubén, Nauzet, Álvaro Lemos, Fidel, Deivid, Mir, Habi,  Raúl Fernández, Rivera y la recuperación de Araujo) y por contra, se haya prescindido de los servicios de 23 futbolistas, número que podría aumentar, pues no se sabe qué ocurrirá con Lizoaín, Tana y alguno más. No se puede construir un equipo en donde no hay un esqueleto, una base. Del curso pasado, solo hay 4 futbolistas, David García, Dani y Javi Castellano y Vicente, pues el futuro de Tana y Lizoaín es incierto. Muchas entradas, muchas salidas. Por eso digo, ¿estamos locos? Pero aún puede haber más movimientos, si atendemos a las palabras el Presidente, que quiere seguir alimentando la nómina de jugadores. Bajo estas premisas, va a ser muy difícil ensamblar un equipo, prácticamente de la noche a la mañana. Mucho trabajo y bien hecho, tendrá que desempeñar Manolo Jiménez. En cualquier caso, hay que ser optimistas y esperar a que los acontecimientos hagan disipar la nube de incertidumbre que hay en el horizonte.  Dispone el equipo amarillo de una oportunidad favorable, ya que iniciar la competición disputando dos partidos seguidos en casa, brinda la posibilidad de llegar a la tercera jornada con seis puntos. Vamos, pues, a esperar al 25 de este mes porque el detonante de salida será muy, pero que muy importante.