Hay un refrán muy popular que dice que cada maestrillo tiene su librillo. Trasladado al fútbol, cada entrenador tiene su libreto. Pero ese libreto tiene que amoldarse a los efectivos que tiene una plantilla determinada, y eso, a veces, es muy difícil de ensamblar. En 12 jornadas disputadas hasta la fecha, la Unión Deportiva Las Palmas ha ganado cinco partidos, empatados otros cinco, y dos derrotas, con 17 goles a favor y 10 en contra. Posee el equipo amarillo un tridente que, dicen algunos, es el terror de la segunda división. Bien es cierto que Sergio Araujo se ha incorporado hace unas pocas jornadas, pero las sensaciones no son las que se vaticinaban. En tres jornadas el equipo ha sido incapaz de perforar la puerta del rival. Los encuentros se han ganado por la mínima, excepto tres encuentros Reus, Nástic y Numancia. Y lo sangrante es que se han desperdiciado muchos puntos, en partidos que se habían puesto de cara. La Unión Deportiva Las Palmas padece un mal endémico: cuando se adelanta en el marcador no va a «matar» el partido, y renuncia al balón. Este año, con el libreto de Manolo Jiménez se nota más que nunca ese paso atrás. Hay algo que no entiendo, como es que el equipo amarillo no inicia un encuentro yendo directamente a resolverlo por la vía rápida. Al contrario, empieza los partidos en plan mojigato, pendiente más de lo que va a hacer el rival, que lo que puede hacer el propio equipo. Muchas veces se dispara a puerta por primera vez pasada la media hora de encuentro. Con el teórico potencial del equipo, ¿por que no se generan situaciones de peligro? A mi juicio, la principal causa de esta carencia es que el portero saca habitualmente en largo, el balón vuela tres o cuatro metros sobre la cabeza de los centro campistas, que debe ser la zona de creación De esta guisa, el balón llega al último hombre arriba en situación de desventaja. No pretendo, ni mucho menos, centrar cátedra, ni tampoco renunciar al juego en largo cuando la situación lo aconseje, pero, sin duda, hilvanar desde atrás es la mejor manera de abrir espacios porque el contrario sale a presionar y eso abre los espacios. Cuando se juega en largo, los rivales se parapetan atrás, cerrando las vías de penetración. Si en 12 jornadas hemos sumado 20 puntos, la estadística nos dice que al concluir el campeonato tendremos alrededor de 60, 61 o 62 puntos, los justitos para entrar en promoción. La estadística debe romperse, primero, por no ceder puntos en casa y ser más fuertes fuera. Esta es la 2ª División.