La UD Las Palmas tiene 33 futbolistas en nómina, la Liga no permite más de 25 licencias y el preparador quiere tener 22 jugadores como máximo, así que hay que conceder once bajas, porque, además, el club tiene que reducir el límite salarial para poder competir. Con el traspaso de Raúl Fernández (la portería parece que está bien cubierta con Josep Martínez y Álvaro Valles), David Timor (muy flojo durante la temporada pasada y esta pre-temporada), Álvaro Lemos (que el propio club puso en el mercado),  Cristian Rivera y Mateo García podría cumplirse el límite salarial, además de proporcionar liquidez para pagar los atrasos en el pago de las nóminas. A estas cinco salidas vía traspaso habría que conceder nueve bajas, como la de Diego Parras, que parece ser que saldrá cedido otra temporada, más Toni Segura y Pedri, que competirán en el filial, pero subiendo puntualmente. Entre las bajas se postulan Deivid Rodríguez, Javi Castellano y Thomas Pekhart, según manifestaciones del preparador. Aún así, veo muy débil la banda izquierda, aunque hay, a mi juicio, una buena solución. Situar a Benito Ramírez de lateral izquierdo y a Drolé de extremo izquierdo, porque he visto que el jugador marfileño aporta mucho en la faceta defensiva. Por la otra banda también existe la posibilidad de que Jesús Fortes y Cristan Cedrés ensamblen la faceta defensa -ataque y viceversa. En la punta de ataque veo a Edu Espiau haciendo una gran labor, jugando muy bien de espaldas a la defensa. Es este un jugador que debe permanecer en la plantilla porque Sergio Araujo se pierde muchos encuentros por sanción o por lesiones y Rubén Castro no puede jugar a pleno rendimiento toda las jornadas. No hay sino que ver la cantidad de veces que incurre en fuera de juego por regresar al medio campo caminando. Muchos matices, pues, y ansiosos de que llegue el día 18 de agosto para ver como echa a rodar el balón la UD Las Palmas.