Unión Deportiva Las Palmas es un equipo «sin». Sin garra, sin coraje, sin ambición, sin ideas, sin esquema definido de juego, sin gol, sin sin, sin. Un equipo que no presiona al rival, que no desborda… Los números lo dice todo:
En el Estadio Gran Canaria, 25 puntos perdidos, 31 goles a favor, 21 en contra. Como visitante, 11 a favor, 29 en contra
Décimo en la tabla de clasificación, 12 encuentros ganados, 14 empatados, 13 perdidos y un total de 42 goles a favor y 50 en contra. Con 50 puntos, no ha logrado certificar la permanencia matemáticamente. Con esta estadística, la permanencia, en sí, ya es un logro, amargo logro. Quizás la pandemia padecida ha evitado adoptar medidas drásticas, por la ausencia de público en las gradas. El silencio de los graderíos ha impedido una protesta de las más sonoras por parte de una afición engañada. Es posible que el mal que padece este club haya sido abandonar el Estadio Insular. Aquel ambiente jamás se ha vivido en el nuevo estadio.
Malas perspectivas se ciernen sobre el futuro de la U.D. Las Palmas. Muchos jugadores se han venido abajo. Ejemplos claros han sido Álvaro Lemos, Francisco Pejiño, Jesé Rodríguez. En realidad muy pocos se salvan, a excepción de Álvaro Valles, Rober González, Sergio Araujo, Álexis Suárez y Sergio Ruiz. Éste último lleva varios encuentros que juega andando, incluso se para con el balón en los pies, colapsando la salida del cuero. Hay jugadores en el equipo Esperanza que podrían tener minutos, como Pipo Santana o Alberto Moleiro, y en el filial, que concluye el campeonato el próximo domingo, como David Vicente, Dani Sato y algunos más, para ver su proyección.
Vistas así las cosas, se augura una re-estructuración completa de la plantilla…y van ya quince proyectos, con casi 200 incorporaciones, casi todas ellas fallidas. A ver si el Sr. Helguera afina bien las nuevas incorporaciones para un nuevo proyecto, ya con público en las gradas, para apoyar o para protestar.