Anoche se hizo oficial lo que se venía gestando desde hace un año y un día, desde el mes de Marzo de 2017, cuando Quique Setién confirmó que no continuaría entrenando a la Unión Deportiva Las Palmas.
No se debería hacer leña del árbol caído, pero faltaríamos a nuestro deber de no resaltar todo el desastre que nos ha conducido a la 2ª División cuando aún faltan cuatro jornadas para la finalización de este campeonato, cuatro jornadas que van a ser muy largas.
Ha habido frases lapidarias, inexplicables porque «el mejor equipo de la historia» (vaya frase por cierto) ha llegado a ser el más goleado de la historia con 69 tantos. Cabe aún la posibilidad de que seamos el farolillo de la clasificación, ya que el Málaga está a un solo punto de diferencia, con los mismos goles a favor, veintidós, pero una diferencia sustancial de goles en contra, 51 frente a esos 69 tantos.
Hay otro dato importante en lo que se refiere a los entrenadores de esta temporada. Manolo Márquez consiguió seis puntos en solo cinco jornadas al frente del equipo. Pako Ayestarán, contratado porque Juanito lo conocía, en ocho nefasta jornadas solo obtuvo un empate. Paquito Ortíz, interino sin pretenderlo, en cuatro jornadas consiguió cuatro puntos. Paco Jémez en diecisiete jornadas solo ha sumado nueve puntos. Manolo Márquez y Paquito Ortiz, en nueve jornadas sumaron diez puntos, uno más que el actual técnico. Estos números revelan por sí solos la inexplicable contratación de los técnicos Pako y Paco, que han contribuido en cierta manera palpable, al descalabro del equipo, arrastrando tras de sí al Director Deportivo y Secretario técnico que alcanza, por supuesto, al jefe máximo, al Presidente de la Entidad, que ha desaparecido del mapa, a pesar del protagonismo que siempre ha manifestado durante su dilatada trayectoria en el club.
Algunos jugadores lloraron. Los de la tierra. Aunque éstos no tienen la mayor culpa del doloroso descenlace, se puede aplicar la célebre frase que Aixa, madre de Bobdil profirió tras la redención del Reino de Granada ante los Reyes Católicos: «no llores como mujer lo que no has podido defender como hombre».