El mero de hecho de plantear esta pregunta pone de manifiesto que la confección de la primera plantilla de la UD Las Palmas ha sido, una vez más, un auténtico despropósito, un fracaso total, porque estamos hablando de casi un niño, pues tiene tan solo dieciséis años. Que el juego del equipo gravite sobre él es impensable en un equipo que debe tener una estructura profesionalizada. La gran racha que llevaba el equipo sin encajar gol y sumando consecutivamente de tres en tres, se ha visto quebrada desde que ese esperpento de Mundial sub-17 desarrollado en Brasil durante la liga regular, ha hecho que el equipo se haya desmoronado. Pedri tiene fecha de caducidad como jugador amarillo por obra y gracia de un presidente que lo ha malvendido. En un comentario posterior, dentro de unos días, trataré de desarrollar esta historia. Hoy vamos a por otra.
Los equipos que visitan el Estadio Gran Canaria vienen con la lección muy bien aprendida. Parapetarse atrás, despejar en largo y hacer daño, con mucha rapidez a una defensa que es muy lenta. Porque alguien puede explicar como el Almería hace unas jornadas, y anoche el Fuenlabrada, hayan sido capaces de anotar cada uno de ellos tres goles. Anoche, el Fuenlabrada solo disparó una vez a puerta y marcó tres goles. Urge analizar detenidamente la situación porque el equipo se desangra muy facilmente. Es cierto que la enfermería ha estado concurrida. Bajas de larga duración como las de Raúl Fernández, Maikel Mesa, Rubén Castro, Sergio Araujo, Benito Ramírez, tienen que causar mella, pero la realidad es que estos imponderables surgen cuando uno menos se lo espera. Aparte de que hay dos futbolistas que iban a salir de la plantilla y, curiosamente son titulares. La pregunta sigue siendo la misma. ¿Hay «pedridependencia»?.