Tras unos días de vacaciones, reanudamos la temporada con nuevos comentarios. Aunque el encuentro ante el Atlético de Madrid se ve como lejano, la interrupción del campeonato por imperativos de los intereses de la Selección Nacional, cabe unos comentarios sobre el partido ante los colchoneros. Vimos, una vez más, a una Unión Deportiva Las Palmas que vuelve a las andadas. Dos goles en contra en los primeros cinco minutos de juego. Resulta inconcebible que un equipo profesional, alertado por su técnico sobre cómo el rival iba a presionar fuerte los primeros compases del encuentro, saliera al campo con una actitud somnoliente, despistados, zoombies… No se puede entender, ni permitir, esa indolencia. Hace muchos años que no vemos a una UD Las Palmas que encare un encuentro al ataque desde el silbato inicial del árbitro. Sí vemos, de manera repetida, a un equipo que siempre espera a ver qué va a ofrecer el rival. No inicia el equipo amarillo los encuentros poniendo las cartas sobre el césped. Es un mal endémico, que, lamentablemente se ha vuelto crónico.
La cúpula pretende enviar un mensaje de tranquilidad, de que esto acaba de comenzar y queda mucha liga por delante. Es cierto, pero ocurre que las malas rachas prolongadas condenan a los equipos a requerir varios partidos sumando de tres en tres, ya que las distancias en la tabla obligan a ello.
El mal inicio en la liga se debe, a mi juicio, a que Manolo Márquez ha recibido una mala herencia, ya que el equipo finalizó la pasada campaña en plena descomposición, sin espíritu, indolente, en cierta manera, dominando el pasotismo. Así pues, sin una base de equipo, con varias bajas señaladas y nueve incorporaciones, el nuevo técnico tendrá que hacer un enorme esfuerzo para hacer un equipo competitivo desde esta próxima semana. Es indudable que la baja de Kevin Prince Boateng ha sido determinante, por el carisma que el germano-ghanés había imprimido al equipo. Por lo tanto, Sr. Márquez, hay que apelar ahora al juego práctico, amarrar victorias, aunque no practiquemos ahora gioco-bonito. Ya habrá tiempo par ello.