Mel con eme de Magnífico. Se merece este calificativo el míster amarillo porque le ha costado, pero por fin ha conseguido armar un equipo serio, que compite, que por primera vez en mucho tiempo ha pasado de cometer diez o doce faltas (mientras que los rivales superaban la veintena) a sobrepasar en faltas al rival. Quizás la ubicación de Fabio González ha sido clave en este cambio de actitud. Hay que cometer las calificadas como faltas técnicas, aquellas que cortan el progreso del rival. Anteriormente esas faltas se cometían al borde del área, o, incluso dentro del área. Ahora el equipo es un equipo que defiende mejor, se nota la presencia del medio campo y tiene más remate y más gol. En este cambio han sido determinantes, a mi juicio, tres jugadores. Jonathan Viera es la figura central. Se ha beneficiado Pedri de tener como compañero al de La Feria. La asociación de ambos ha sido letal. El otro futbolista importante en este eslabón ha sido, a mi juicio, un omnipresente Fabio González. Es incomprensible que este jugador no haya subido antes al primer equipo. Su presencia en el centro del campo, recibiendo y distribuyendo juego si retener en exceso el balón, ha hecho que nadie se acuerde de David Timor. La cantera tiene que ser la base de la UD Las Palmas, pero no por ser canterano hay que aupar a futbolistas de la base al primer equipo. Tiene que hacerse de manera escalonada y dando la oportunidad y continuidad a los que tienen mayores perspectivas de triunfar. Nunca esperar a que tengan veinticuatro o veinticinco años. El caso de Pedri González es ilustrativo. Por cierto, ¡qué caro ficha el presidente y cuán barato vende!.